Tribu Yawanawá

Los Yawanawá son un grupo étnico de la familia lingüística Pano. Su nombre significa yawa: -pecarí barbiblanco o cafuche- que es un animal mamífero americano parecido al jabalí; y -nawa: gente. Los Yawanawá toman al pecarí blanco como símbolo de fuerza y reafirmación de su cohesión grupal, como bien demuestra su proverbio: “Nosotros somos el cafuche, todos juntos”.

Hoy en día los Yawanawá, que viven en pequeñas comunidades de hasta 100 personas, habitan la Tierra Indigena del Rio Gregorio, en el Amazonas occidental de Brasil, aunque también encontramos algunas comunidades en Perú y Bolivia, cerca de la frontera amazónica brasileña.

Tribu Yawanawá

Viven en un área de la selva amazónica de muy difícil acceso. Hasta hace poco se movían solo  caminando y en canoa, por lo que cualquier desplazamiento suponía un largo viaje de a veces muchos días.

Hoy, utilizan canoas con motor para salir de sus aldeas y es habitual que, si tienen que llegar a alguna ciudad más grande, como Río Branco, tomen un transporte público en alguno de los puntos en los que el Río Gregorio se cruza con la carretera (normalmente a unas 6 ó 7 horas en canoa desde las comunidades).

En total, son una población de alrededor de los 1.200 habitantes. Reconocen esta región del Juruá como el área donde habitaron sus antepasados y hasta hace poco se mantenían sólo de caza, pesca y agricultura, aunque hoy en día su relación con el mundo exterior ha aumentado considerablemente.

Compran algunos de sus alimentos en poblaciones cercanas (el arroz, por ejemplo). Utilizan armas de fuego en vez de arcos y flechas para cazar (por lo que se ven obligados a comprar o a hacer trueque para conseguir balas).

Muchas comunidades tienen generadores de electricidad o paneles solares, lo que les permite tener neveras para guardar sus alimentos o cargar los teléfonos móviles de los que algunos disponen.

Su día a día sigue pareciéndose más a la vida de un cazador-recolector que a la de cualquier occidental. Sin embargo, la presencia del hombre blanco en su territorio ha tenido un gran impacto en sus vidas.

Este pueblo tuvo su primer contacto con el hombre blanco hace unos 300 años, una experiencia que no fue precisamente buena. Con la llegada de los explotadores del caucho y los evangelistas, la tribu Yawanawá se vio sometida a la esclavitud del trabajo cauchero y a la religión cristiana. Se prohibieron sus costumbres, su vestimenta con grandes tocados de plumas y taparrabos, su lengua, sus rituales, etc, por considerarse prácticas diabólicas.

Durante estos 300 años los madereros, los misioneros y los caucheros, quienes a menudo trabajaban conjuntamente, se fueron y volvieron varias veces del territorio amazónico en el que viven los Yawanawa. Cada vez que volvía su presencia a la zona, volvían también los abusos, los trabajos forzados y semiesclavizados de los indígenas y las restricciones hacia su cultura y forma de vida tradicionales.

Se sucedieron guerras periódicas en la región y los Yawanawá se mezclaron con otros grupos étnicos, como los Shawãdawa (Arara/guacamaya), Iskunawa (actualmente conocidos como Shanênawa, y que habitan en una comunidad cercana a la ciudad de Feijó), Rununawa, Sainawa (conocidos generalmente como Yaminawá y que viven en la región de Bagé), y Katukina.

Las contingencias originadas por la llegada del hombre blanco a la región amazónica, como las múltiples epidemias, alteraciones demográficas, etc, son también algunas de las causas que han modificado las sociedades de los pueblos originarios.

A finales del siglo XX, como explicaremos más adelante, los Yawanawá lograron liberarse tanto de los caucheros como de los misioneros evangelistas, recuperando la autonomía de sus tierras, consiguiendo derechos constitucionales como grupo indígena perteneciente al Estado de Brasil y revitalizando su cultura, por tantos años subyugada.

 Volvieron a cantar en su lengua, a practicar sus rituales con sus medicinas ancestrales (ayahuasca, kambó, rapé, sananga…). Volvieron a pintar sus cuerpos con pigmentos de la selva, a vestirse con sus tocados de plumas de guacamayas y águila harpía. Se dieron a conocer al mundo, llegando a las grandes pasarelas de moda mostrando su artesanía de coloridas cuentas (Sao Paulo, 2016), así como a las grandes pantallas (la famosa película “Avatar” está basada en la forma de vida y cosmovisión de los Yawanawá).

Lengua y Geografía

La lengua Yawanawá pertenece a la familia lingüística Pano, y tiene un alto nivel de entendimiento con las lenguas de otros grupos pano como los Shanênawa, los Yaminawá, los Shawãdawa y los Sainawa. Los lingüistas estiman que hoy en día unas 1200 personas hablan el idioma.

En la actualidad, la mayor parte de la población es bilingüe, hablando portugués además de su propia lengua indígena y a veces también español.

Entre los mayores se utiliza preferentemente la lengua indígena, mientras que el dominio del portugués es bastante reducido y en algunos casos nulo.

Por otra parte, entre los niños y las personas más jóvenes algunos son bilingües, dominan el portugués y entienden la lengua indígena sin hablarla y otros son monolingües y sólo hablan portugués.

La población adulta domina ambas lenguas, y actualmente mantiene una gran preocupación por la conservación de su lengua indígena. Hay una tasa muy alta de analfabetismo en estas comunidades.

Para llegar a la tierra donde habitan los Yawanawá, hay primero que llegar a la ciudad brasileña de Río Branco (que tiene un sólo avión diario desde la capital del país, Brasilia).

Desde ahí se viaja en coche durante 4 horas, llegando a puerto de San Vicente, donde la carretera se cruza con el río Gregorio. Desde allí faltan aún unas siete horas de viaje en canoa para llegar a una de sus aldeas.

Los Yawanawá habitan la parte sur de la Tierra Indígena Río Gregorio, en el Estado de Acre (Brasil), la cual comparten con otros grupos indígenas amazónicos, y ocupa la cabecera de ese afluente del Río Juruá (o Yuruá), uno de los mayores afluentes del Río Amazonas.

Tarauacá es una ciudad importante para los Yawanawá. Las razones son diversas: en esa ciudad está la oficina de la Organización de los Agricultores Extractivistas Yawanawá del Río Gregorio.

 

Allí viven desde hace muchos años varias familias Yawanawá y es el núcleo urbano donde los Yawanawá reclaman sus derechos y cumplen con sus obligaciones como ciudadanos brasileros (reciben la pensión, votan cuando hay elecciones, etc).

Taraucá es el punto mas cercano donde los Yawanawá tienen acceso a mercancías y por lo tanto pueden proveerse de algunos alimentos o utensilios que no cultivan ni fabrican en sus aldeas. Por último, es a esta ciudad donde acuden para tratar problemas de salud que no pueden resolver en las comunidades.

Como ya hemos comentado, la población Yawanawá no esta agrupada en una única comunidad, sino que se distribuye en varios asentamientos en los márgenes del Río Gregorio.

Estas aldeas están constituidas por una o varias casas construidas con materiales que les proporciona la selva y son ocupadas por familias extensas. 

La principal comunidad es Nueva Esperanza, allí es donde vive el actual líder de la zona.  Dicha comunidad fue inaugurada en 1992, después de que los Yawanawá abandonaran el territorio cauchero de Kaxinawa.

También es muy conocida su comunidad Aldea Sagrada, donde realizan muchas ceremonias en las que participan personas no indígenas que vienen a conocer y compartir las costumbres de este pueblo ancestral.

Muchos famosos (Joaquín Phoenix, Cameron Díaz o Leonardo Di Caprio, entre otros) han llegado a esta aldea para participar en las ceremonias y rituales de los Yawanawá, así como para concientizar a la población mundial de la importancia que tienen estas tribus amazónicas, guardianas de la mayor selva del Planeta.

Estructura Social y económica

La tribu de los Yawanawá está repartida en pequeñas comunidades donde viven unos 100 habitantes como máximo. En cada aldea hay un líder, que es al mismo tiempo líder espiritual (chamán) y social-político. Las decisiones se toman en asambleas donde todos participan, es la voz del líder la que tiene más peso y la que guía a la aldea sobre decisiones o quehaceres de la vida diaria.

Las casas son “malokas” construidas con maderas y hojas de palmas. Suelen ser bastante grandes y abiertas, sin necesidad de puertas y ventanas, pero con unos techos espectaculares que no dejan entrar la lluvia.

Los habitantes de estas comunidades se distribuyen por familias y duermen por lo general en hamacas. Se despiertan muy temprano y comienzan sus actividades después de un desayuno completo y una pequeña reunión.

Según ellos mismos: “Desayunamos plátanos, papaya, caña de azúcar y jugo de mandioca o yuca (llamada “caiçuma”). Y carne, si sobró de la cena de la noche anterior. Para la comida hay otra vez mandioca, con plátanos verdes y papilla de plátano macho. Cenamos carne y pescado.”

La tribu Yawanawá experimentó una revitalización de su sociedad y su cultura con la expulsión de los misioneros evangelistas de sus territorios en los años 80.

Empezaron a conquistar sus derechos en la Constitución Brasileña y con ello pudieron preservar sus territorios.

También se mejoraron sus condiciones de salud, lo que hizo posible un notable crecimiento en la población (en 1990 eran sólo unos 500, mientras que hoy en día han duplicado esa cifra), lo que permitió alcanzar una alta natalidad y una disminución importante en la tasa de mortalidad infantil, pues actualmente muere un recién nacido en seis meses, cifra que contrasta con las declaraciones hechas por varias mujeres, quienes enfatizaban en el elevado número de muertes infantiles antes de que se implantara el puesto de salud.

 

La caza y la pesca han sido históricamente las dos principales actividades económicas de los Yawanawá. En épocas de sequía se organizan grandes jornadas de pesca, en las cuales participa casi toda la comunidad, por lo que se convierten en importantes eventos sociales (‘fiestas de comida’ tal y como las describen los propios Yawanawá).

Para dichas jornadas se utilizan diversos venenos vegetales (de Magonia – Magonia pubescens ó de Ceiba amarilla – Hura crepitans), los cuales se echan al agua y hacen que los peces floten, facilitándose así su captura. Durante la temporada de lluvias, cuando los animales de gran porte dejan rastros en la tierra mojada, la caza se convierte en la principal fuente de alimentación.

Entre los meses de julio y agosto, los Yawanawá se dedican a la siembra y a la pesca. La bajada de las lluvias y el aumento de la temperatura contribuyen a reducir las aguas del río Gregorio, período que coincide con la reproducción de los peces de la región.

Lo cotidiano en estos meses es pescar y preparar la tierra para plantar. Los alimentos básicos que se los Yawanawá cultivan sonyuca, banano (en sus diferentes formas) y maíz. En menor medida arroz, camote, papaya, piña y caña de azúcar.

Artesanía Yawanawá

Hoy en día, la venta de artesanías es uno de los grandes ingresos de los Yawanawá. Elaboran collares, pulseras, tobilleras, etc, con unas cuentas coloridas, también llamadas “shakiras”. Son unas artesanías laboriosas que tienen para ellos un significado espiritual de protección, en los que representan deidades de la selva como el puma, el jaguar, la guacamaya, la serpiente, etc…

Venden estas artesanías en las ciudades cercanas a sus comunidades, o en los Festivales que organizan en sus aldeas, que son gratuitos pero que conllevan implícitamente la compra de estas artesanías por parte de los visitantes.

Otra de sus fuentes de ingreso más importantes en las últimas décadas son los rituales o los retiros que organizan junto a diferentes asociaciones, a veces en la selva o bien fuera de ella, en Brasil o en otros territorios de América o Europa.

 

Matrimonio Yawanawá

Los Yawanawá fomentan el casamiento entre primos cruzados, o primos lejanos, con miembros que viven en aldeas cercanas. En las últimas décadas, se han unido con miembros de otras tribus aledañas. Inmediatamente después del matrimonio siguen la regla de “uxorilocalidad” (la pareja recién casada se va a vivir con los padres de la esposa). Después las mujeres untan su barriga con un tipo de planta de patata llamada “rau” para quedarse embarazada.

 Otras plantas, como la llamada “hukâshupa” es utilizada por los amantes para fomentar relaciones exitosas. Es el jugo de tres plantas molidas que se aplica como perfume para atraer a la pareja.

Todos los Yawanawá tienen dos o mas nombres, uno de ellos en portugués y otros en su propia lengua indígena. Cada recién nacido recibe un nombre por parte del padre (quien escoge el nombre de uno de sus tías o tíos paternos), y otro por parte de la madre (en este caso de tios y tias maternas).

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