El Origen del Cacao
El cacao es originario de la parte superior del territorio amazónico. Hasta hace pocos años se creía que las tribus nativas amazónicas no domesticaron el árbol del cacao ni usaron su semilla, si no que simplemente empleaban el mucílago dulce que la envuelve. Sin embargo, las últimas investigaciones están reescribiendo la historia del cacao, al encontrar trazas del fruto en restos arqueológicos de cerámica de hace unos 5300 años en el actual Ecuador.
Hasta ahora, las pruebas más antiguas del uso del cacao, de hace 3.900 años, se habían encontrado en México, por lo que se consideraba Centroamérica como la cuna del chocolate. Sin embargo, estudios recientes del genoma del árbol del cacao (Theobroma cacao) revelaron más probable que fuera domesticada en el alto Amazonas, en Sudamérica, donde presenta una mayor diversidad genética, y que desde allí se extendiera a Centroamérica.
Las pruebas demuestran que la cultura Mayo-Chinchipe ya cultivaba el cacao hace 5.300 años, que lo hizo de forma ininterrumpida durante más de 3.000 años y que probablemente lo consumían como bebida, alimento y estimulante, así como con fines ceremoniales y medicinales.
“Esta investigación constituye la primera prueba del uso de T. cacao en las Américas y revela la región del alto Amazonas como el centro de domesticación del cacao más antiguo hasta ahora identificado”, concluyen los investigadores en Nature Ecology & Evolution.
La familia del cacao se halla en estado natural desde la amplia zona ubicada entre las cuencas del Amazonas y del Orinoco, en América del Sur, hasta las regiones centrales de Costa Rica, en Centroamérica, por lo que es difícil determinar su origen con exactitud. El hecho de que existan más variedades de esta planta en al región noroccidental de la selva amazónica, ha llevado a concluir que en ese territorio se inició su desarrollo.
Existe controversia sobre si fueron los monos u otros mamíferos los responsables de la dispersión de la especie, animales a los que les gusta el sabor dulce del mucílago blanco que envuelve las semillas de cacao.
Fueron dos las especies que se dispersaron: Theobroma cacao (la especie domesticada), y Theobroma bicolor (Variedad silvestre, llamada en náhuatl pataxtli y en maya balamte, actualmente considerada en peligro de desaparecer)
Una vez que la semilla del árbol de cacao llegó al área sur del Golfo de México, la civilización Olmeca (primera civilización de Mesoamérica) se encargó de domesticarlo. Sabemos que usaban sus semillas para hacer chocolate, que era seguramente utilizado en rituales, según los restos que se han encontrado en vasijas olmecas que datan del 1000 a.C, aproximadamente.
Posteriormente los mayas, los mexicas y el resto de civilizaciones mesoamericanas, continuaron la tradición de su uso. Los mesoamericanos descubrieron que si dejaban fermentar por algunos días los granos junto con el mucílago, el aroma de las semillas tostadas se refinaba y potenciaba.
Empleando estas semillas fermentadas, comenzaron a preparar una bebida elaborada: Las semillas se tostaban y trituraban, la pasta se mezclaba con agua y se calentaba hasta que la grasa del cacao subía a la superficie y era retirada, se volvía a mezclar y se batía obteniendo una exquisita bebida espumosa.
Las bebidas preparadas con cacao (atole, chorote, pinole, tascalate y chocolate), se diluían con agua y masa de maíz, no con leche. Cuando eran endulzadas, se utilizaba con miel de abejas del género Melipona, (en lugar de la especie de abejas europeas Apis, las cuales fueron introducidas por los conquistadores; tampoco se usaba azúcar de caña, que proviene de África).
Estas bebidas se condimentaban con vainilla, chiles, pimienta gorda y otras semillas como las del guanacaste. Podía ser combinado también con otras plantas, algunas de ellas psicoactivas, como algunas especies de hongos.
Simbolismo del árbol del Cacao
Para los mayas, el árbol de cacao estaba conectado con el árbol de la vida y representaba el centro del universo: Era un portal de entrada al reino de los dioses, y su consumo permitía comunicarse con ellos. Además, se asociaba con la fertilidad, la abundancia y la prosperidad.
La necesidad que tiene el cacao de crecer a la sombra de árboles protectores, llamados en náhuatl cacabuanantzin (madre del cacao) y cacahuananche en español, lo relaciona con el mundo de las sombras, la oscuridad y el inframundo, el espacio destinado a la materia pesada, lugar oscuro, húmedo y frío. Los mayas consideraban que el poder estimulante de las bebidas de cacao provenía directamente del mundo subterráneo, vinculado a los antepasados.
Este inframundo que alberga las criaturas de la noche, es también la morada del dios de la muerte, a la vez que representa el origen y la fertilidad. El cacao se opone al mundo de arriba, ligero, sutil, diurno y luminoso; espacio que el corresponde al maíz, el cual requiere de la luz y plena irradiación solar.
A la vez que se oponen, estos polos se complementan, y es necesario uno para que exista el otro.
Etimología
Etimología de “Cacao”
El nombre “kakau” fue acuñado por los gobernantes Mayas, que significa jugo amargo. Posteriormente los mexicas, quienes como otros pueblos antiguos de mesoamérica hablaban nahuatl, le agregaron a esta palabra el sufijo “atl”, que quiere decir agua, dando como resultado “cacáhuatl”.
Proveniente del idioma Maya Yucateco, ca- cau, kakau o kakaw es una palabra que proviene de la familia de lenguas mixezoqueana, a la cual pertenecía la lengua de la cultura olmeca, considerada como la primera civilización mesoamericana.
En esta familia de lenguas, el radical cau se halla en las formas choc, chauc y chac, que identifican al rayo, relacionado con el fuego, la fuerza y el color rojo. (Mariaca y Hernández, 1992).
Etimología de Theobroma
En 1753 Carl Von Linné le asignó al cacao su nombre científico a partir del imaginario de las culturas Mesoamericanas: La palabra Theobroma proviene del griego, theos («dios») y broma («comida»), es decir, “comida de los dioses”.
La teobromina es el alcaloide que constituye el principal principio activo del cacao. El nombre proviene de la especie Theobroma, el sufijo -ina añadido es propio de alcaloides y compuestos que contienen nitrógeno.
Etimología de Chocolate
El vocablo chocolate se empezó a usar después de la llegada de los españoles. Probablemente, es originario del náhuatl “xocolatl”, compuesto de “xococ”, agrio o ácido y de “atl”, agua.
Según otra hipótesis, podría también provenir de “chokaw o chockal” en maya, que significa caliente y “haá”, que significa líquido o bebida.
La palabra chocolate no aparece en ningún texto hasta la década de 1570; hasta entonces, se usaba el vocablo “kakaw”, en maya yucateco, o en náhuatl “cacáhuatl”- una mezcla entre la palabra “kakaw” maya y el sufijo nahuatl “alt”, que significa agua.
El primer registro de esta palabra se debe al protomédico (así eran llamados los médicos que servían a la Corte) de las Indias Francisco Hernández (1517-1587), en su “Historia natural de la Nueva España”, obra elaborada bajo el mandato de Felipe II (1527-1598). Se refiere a chocóllatl como una bebida “de gran provecho para tísicos, consumidos y extenuados”.
Las sociedades Mesoamericanas
En la sociedad mesoamericana, el cacao se convirtió en un producto de lujo. Empezó a adquirir relevancia en el período Clásico (150-900 d.C.), especialmente entre los mayas.
En las manifestaciones artísticas mayas, el cacao aparece siempre con la presencia de personas de alto rango realizando ceremonias.
El cacao, que necesita un lugar sombrío para crecer, estaba asociado al sur, a la muerte y al inframundo, en oposición al maíz, el cual representaba la luz y la vida.
También estaba vinculado a la sangre. En ocasiones, a la bebida de cacao se le añadía achiote, un colorante rojo que teñía los labios de quien lo bebía dándole la apariencia de la sangre. En algunos rituales, el cacao se preparaba con el agua de lavar los cuchillos utilizados en los sacrificios.
También estaba relacionado con el jaguar, que actuaba como su protector (La variedad de cacao bicolor se llama balamté o árbol del jaguar).
En el Códice Badiano, se menciona que el cacao se utilizaba también para contrarrestar enfermedades, estimular el apetito, aumentar la resistencia física o el vigor sexual y para reducir la fatiga (Cárcer y Disdier 2008).