El Cacao y los Mayas
Las redes comerciales mayas chontales o putunes, asentados en la llanura costera de Tabasco y Campeche, expandieron por Mesoamérica el valor comercial y simbólico del cacao durante la parte final del periodo Clásico (800-1000 d. C.).
Los Mayas combinaban el cacao con mazorca de cacao tierna (tsih’té kakaw), agregándole miel (k’ab kakaw), o lo tomaban amargo sin endulzar (ch’ah kakaw). A veces lo combinaban con pinole y achiote (axiotl), como condimento y colorante para potenciar su color y sabor. Otras veces, se añadía chile y vainilla (tlilxochitl).
En otras ocasiones lo tomaban ligeramente fermentado, con miel. También se añadían semillas de pochote y hojas de una flor proveniente de Chiapas, llamada orejuelo, de sabor parecido a la pimienta.
Para aumentar su espuma y darle cuerpo, se le incorporaba la flor del cacao (cacaoaxóchitl). Otras maneras de tomarlo era agregándole elote, pulque y flor de corazón (Yoloxochitl).
Los utensilios utilizados para consumir bebidas de cacao tenían un carácter ritual y eran elaborados y ornamentados con esmero. Podían estar hechos de materiales preciosos, c piedra, cerámica o de madera tallada.
Francisco Hernández
Francisco Hernández, médico, botánico y ornitólogo castellano elegido por Felipe II para encabezar una expedición en la Nueva España (actual México), describió diversas bebidas a base de cacao, como el atextli, el cual se preparaba con cacao y maíz.
Relata que se agregaba fruto de mecaxóchitl, de xochinacaztli y vainilla o tlixóchitl. “la propiedad de estas bebidas compuestas es excitar el apetito venéreo; la simple refresca y nutre grandemente. Otro género de bebida se hace con veinticinco granos de cacahoapatachtli, otros tantos de cacao y un puñado de grano indio (maíz), no suele agregársele ninguna de las cosas antes dichas, que son calientes, pues sólo se busca en esta bebida el refrigerio y nutrición”.
La tercera bebida que menciona Francisco Hernández es el chocolate (chocólatl), preparado con granos de cacáhoatl y de pochotl (pochote), en partes iguales, y un puñado de maíz.
Cacáua atl: Bebida de maíz con agua de cacao.
Chilcacáuatl: Mezcla de cacao con chile.
Atlanelollo cacáuatl: Bebida de cacao natural, sin otros ingredientes.
Xochayo cacáuat: Mezcla de cacao con flores secas y molidas.
Los mayas hacían que la bebida fuera aún más espumosa vertiéndola desde un recipiente elevado a otro que estaba en el suelo; más tarde, los aztecas inventaron un utensilio llamado molinillo para provocar la aparición de la espuma.
En la zona maya se usó para la curación de llagas y heridas a través de la aplicación de enemas o como psicotrópico. Los itzaes introdujeron su uso como moneda.
Desde finales del Preclásico, los Mayas preparaban el chocolate, conteniendo algo de mucílago fermentado de la misma almendra, al cual le agregaban algunas clases de hongos de tierras altas, como Psylocibe cubensis o Psylocibe semilanceata, denominados por los mayas como “carne de los dioses”.
Los chamanes o sacerdotes mayas entraban de este modo en contacto con seres sobrenaturales, humanos, o animales. (Kerr, colección de fotografías del vaso K8763).
Palabra Kakaw: Registros Arqueológicos
La palabra kakaw existía entre los mayas desde principios del periodo clásico, hacia el año 400 d.C. Los glifos de las inscripciones mayas son las únicas pruebas de la existencia de la palabra kakaw antes de la llegada de los españoles.
La escritura maya es logo-silábica; la palabra kakaw se escribe mediante la repetición de la sílaba ka y el sufijo wa, obteniendo ka-ka-wa, y al eliminar la vocal de la última sílaba, se obtiene la palabra kakaw.
La sílaba ka deriva de la palabra kay (pez). El glifo que representa esta sílaba es el de un pez, de cuerpo entero, sólo su cabeza, o bien un signo en forma de peine, que representa su aleta.
En ocasiones únicamente se anota una sílaba “ka” en forma de pez, y uno o dos puntos frente a su cabeza, señalando que la sílaba se duplica. Este sistema de escritura aparece en los códices mayas Dresde y Madrid.
En cuanto al tercer y último signo del glifo, de valor silábico wa, es un signo del maíz, que se derivaba de la palabra waaj (tortilla, tamal).
Libro Popol Vuh
Origen y autoría del Popol Vuh
El Popol Vuh es un pequeño libro que relata el origen de los pueblos mayas, sus migraciones y desarrollo tras el derrumbe su Imperio. Fue escrito en tiempos de la conquista, entre 1554 y 1558 por fray Francisco Ximénez, un maya evangelizado. Este libro es probablemente la traducción de un antiguo libro Maya en el que el autor traduce todo el contexto de la cosmovisión maya a un lenguaje evangelista y cristianizado.
No se puede asegurar que esta fuera la cosmovisión maya antes de la llegada de los eclesiásticos españoles. Algunos historiadores, como René Acuña, ponen en duda el fundamento del libro al señalar que está “diseñado y ejecutado con conceptos occidentales”.
Oculto durante siglo y medio, el Popol Vuh fue descubierto entre 1701 y 1703 por el P. Fray Francisco Ximénez, quien lo tradujo al castellano. Carl Scherzer lo conoció durante su estancia en Guatemala y lo publicó en 1857.
El Popol Vuh y el Cacao
Según el Popol Vuh, el cacao era considerado uno de los cuatro árboles cósmicos, y tenía una asociación esencial con la planta sagrada por excelencia de Mesoamérica: el maíz. También tenía un significado fuertemente vinculado a la sangre y el sacrificio.
En el Popol Vuh se relata cómo los dioses buscan alimento para los humanos, a los que acaban de crear:
“Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y abundante también en pataxte (Theobroma bicolor) y cacao… Había alimentos de todas clases.”
Relata también la historia de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, dos héroes que sufren metamorfosis a diferentes formas de vida. Los gemelos son engañados y condenados a muerte por los señores del del Xibalbá (inframundo), pero logran resucitar en forma de peces. Al recuperar su forma humana, Hunahpú e Ixbalanqué matan a los dioses del Xibalbá.
El pez que se asocia con el cacao es el bagre o pez gato, que aparece comúnmente adornando las vasijas ceremoniales encontradas en tumbas reales mayas.
Otro relato del Popol Vuh explica que Xmucané, madre de Hunahpú y abuela de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, es la creadora de bebidas a base de cacao.
Códice Dresde
El códice Dresde data del período clásico maya, (A partir del 250 d.C.). Relata las actividades rituales vinculadas a su calendario sagrado de 260 días (la gestación de un ser humano), y se representa a deidades sentadas sosteniendo frutos del cacao o platos rebosantes de grano de cacao. El texto, escrito encima de cada dios, confirma que lo que tiene en la mano es su cacao.
Según el historiador Erick Velásquez, el códice Dresde es un conjunto de almanaques adivinatorios, tablas astronómicas, calendáricas y numéricas, que tienen la finalidad de predecir el futuro, y proporcionan información valiosa sobre los mitos y los atributos de los dioses.
Códice Madrid
En una representación del códice Madrid, un joven dios se agacha, mientras coge ramas de un cacaotero; un quetzal que lo sobrevuela, lleva un fruto de cacao en el pico. En el texto asociado, aparece la palabra KAKAW.
En otra parte de este códice, cuatro dioses se perforan las orejas con lancetas de obsidiana, dejando caer lluvias de sangre sobre frutos de cacao. En el texto jeroglífico menciona ofrendas concretas de incienso y granos de cacao, y muchos dioses se representan comiendo o sosteniendo granos de cacao.
El Cacao y los Hongos: Tradición Maya
Existen numerosas evidencias arqueológicas sobre el uso de los Hongos por los Mayas.
Destacan las piedras hongo, estatuillas que datan del período preclásico de la historia del México Antiguo. La mayor parte han sido encontradas en Guatemala, y también en El Salvador, Honduras y México; e incluso en zonas que no tienen población maya, como Veracruz y Oaxaca.
También se han hallado cerámicas usadas por gobernantes y señores para tomar chocolate, a veces mezclado con hongos, semillas y flores psicoactivas; en el códice Dresde aparece la imagen de una persona o dios que sostiene un hongo del cual salen otros hongos.
Fray Tomás de Coto fue un franciscano guatemalteco que escribió el Vocabulario de la lengua Cakchiquel o guatemalteca a mediados del siglo XVII, y diferencia dos tipos de hongos: el del inframundo y el del rayo:
“…es menester conocerlos para comerlos, porque hay unos que son malignos y mortíferos, y, por lo menos a los que los comen, hacen perder el juicio. A éstos llaman kaizalah ocox o xibalbay ocox (hongo del inframundo)”. Mientras que con el término quiché Kakuljá ocox refiere al “hongo del rayo”, lo cual reflejaría la relación de los hongos con la lluvia.
En ambos casos las referencias corresponden a las tierras altas mayas, lugar donde crecen las Amanita muscaria. El cacaco produce un leve efecto IMAO, responsable de una parte de la sinergia entre el cacao y las trufas mágicas. Nunca se debe mezclar el cacao con otro IMAO.
Ek Chuah, dios del cacao
Ek Chuah es el dios protector del cacao en la mitología maya, también conocido como “Dios Negro” o “Dios del Comercio”. Era tanto el dios del cacao como el de los comerciantes y viajeros.
El cacao era una mercancía fundamental en las rutas de comercio mesoamericanas, y se utilizaba como moneda para intercambiar todo tipo de bienes y servicios.
Ek Chuah tenía su propio día en el calendario maya, el 25 de abril, día en que se les ofrendaba con sacrificios y cacao. En el arte maya, Ek Chuah es representado como un guerrero robusto, adornado con los atributos del comercio y la guerra; una bolsa de comerciante que cuelga sobre su espalda, y una lanza o el escudo.
Ek Chuah es una deidad patrona de los viajeros y los viajes. El cacao era uno de los productos más valiosos de los comerciantes mayas y, a veces, se usaba como moneda. Como Ek Chuah era patrón del cacao, los dueños del cacao celebraban ceremonias y festivales especiales en su honor. Uno de ellos se celebraba durante Muwan, un “mes” en el calendario solar maya o haab.
Ek Chuah aparecía a veces en combate, normalmente con Buluk Chabtan, el dios de la guerra, violencia y sacrificio. Esta interacción se ha interpretado como la necesidad de los comerciantes viajeros de tener la posibilidad de protegerse de los ataques hostiles. En el códice Madrid, están íntimamente ligados y a veces son casi indistinguibles entre sí.
Ixcacao
Ixcacao, cuyo nombre está intrínsecamente ligado al cacao, era diosa maya de la fertilidad y la abundancia, una cuidadora que ofrecía sustento físico y espiritual. En algunas leyendas, también era una diosa de la guerra.
El papel del Cacao en los sacrificios de la civilización Maya
Durante los rituales, el cacao podía mezclarse con hongos, semillas y flores psicoactivas.
Según el fraile Durán (1967), cuando se iba a sacrificar a un representante de Quetzalcóatl, si se entristecía y no deseaba bailar le daban a beber un cacao donde se habían lavado cuchillos con sangre humana de sacrificios pasados; este quedaba sin memoria de lo que le habían dicho y volvía al baile.
En las bodas entre soberanos mayas, el cacao formaba parte importante del ritual, como muestra la lámina 26 del Códice Nuttall, de filiación mixteca, en la que se celebra el matrimonio de “Venado” con “Serpiente de flores”, quien le brinda una vasija de cacao.
Los mayas celebraban un festival anual en abril para honrar al dios del cacao, EkChuah,
fiestas que antecedían a la siembra del cacao. En esta fiesta se sacrificaban perros con manchas de color cacao, e iguanas azules. (Coe y Coe 1999, Furst 1977).