Cosmovisión Katukina

Los Noke Kuin son conocidos por su rico patrimonio cultural y prácticas espirituales chamánicas. Aunque son menos conocidos que otras tribus como los Yawanawá o los Huni Kuin, comparten con ellos la misma cosmovisión, así como las mismas medicinas sagradas, preparadas con plantas medicinales de la selva. 

Los Noke Kuin, al igual que sus tribus sus vecinas, tienen una profunda conexión con la Naturaleza, y una conciencia espiritual que desarrollan a través del uso de la Ayahuasca, una bebida elaborada con plantas psicoactivas, utilizada en ceremonias junto con Kambo, Rapé y Sananga.

Mocha, líder espiritual de los Noke Koi, habla así de la espiritualidad de su pueblo: “Vivimos con los espíritus ancestrales de la medicina: del rapé, ayahuasca, kambó, sananga y todas las plantas que nuestros ancestros dejaron para nosotros. A través de la ayahuasca podemos ver el espíritu de la enfermedad y sentir la energía que está atacando a nuestra familia”.

“El camino espiritual trae una limpieza del cuerpo, materia y pensamiento, trae luz para todos los seres humanos del mundo, a través de esa fuerza yo cuento con ustedes para venir y juntarnos con el mismo rezo, junto al pueblo Noke Koi”.

Paje Peno, curandero Noke Kuin y conocedor de plantas medicinales y sagradas, dice sobre el rapé  que es “una medicina que nuestro pueblo utiliza para sentir la energía, para hacer una limpieza, para sacar algo malo que hay en nuestro cuerpo, también para sacar los malos pensamientos y para tener un pensamiento positivo.

También utilizamos esta medicina para hacer una cura de una enfermedad, y así mismo para trabajar en el espíritu, para estar feliz, sentir amor”.

“Cuando tomas rapé te conectas, te observas, miras tus pensamientos” “empiezas a pensar cosas buenas para tu familia y para ti también”- continúa el yerbero- “Nosotros llamamos al rapé Romé Potó, que es para sentirse y pensar mejor”.

“No hay una hora específica para utilizarlo, pero es habitual tomarlo a las 6 o 7 de la mañana, y es muy frecuente utilizarlo tres veces al día, en la mañana, al medio día y en la tarde. Los que ya están muy acostumbrados a utilizarlo, pueden hacerlo cada vez que así lo sientan.”

Paulo Gómez, quien vivió durante un año en una comunidad Noke Kuin: “El kambó es una medicina que es totalmente diferente a cualquier medicina occidental. Cuando uno va al doctor necesita una solución rápida, entonces te dan algo para dormir ese problema.

Pero el kambó es una oportunidad para poder trabajar en lo que a ti te queja porque en realidad no es la cura. El kambó te da las herramientas, la voluntad y la conciencia, para que tú te des cuenta lo que te enferma y seas capaz de afrontarlo”.

“Por lo menos los indígenas Noke Kuin, al momento de extraer el kambo tratan a la ranita con mucho respeto. Se les pasa un palito por el lomo y ahí sale como una lechecita blanca, que es el kambo, y después de extraer el kambo la ranita se deja en el mismo lugar en donde se encontró y de ahí obviamente se espera un tiempo para después volver a extraerla.

Es tanto así, que esta ranita es muy dócil, no le tiene miedo al ser humano”.

Según cuentan las leyendas de la tribu Katukina (Noke Koi), esta rana es un ser muy poderoso que les fue entregado por su deidad hace más de 2.000 años atrás, quien les enseño como utilizarla correctamente y les entrego el conocimiento necesario para poder sobrevivir en un ambiente selvático, que en ocasiones, puede llegar a ser muy hostil.

“Según la historia que ellos nos relatan, fueron la primera tribu que recibió el kambo, porque el kambo no se descubrió, sino que se lo enseñaron. Y quién se lo enseñó fue su guía, su deidad, que ellos le llaman Kokapin sharí. 

Se cuenta la historia de que había una mujer muy enferma, la cual no se podía curar con ninguna medicina que había en la selva. Entonces este ser les enseñó el kambo y les enseñó a aplicarlo, y con ello pudieron salvar a la mujer. No se sabe bien el origen de esta práctica, pero se dice que viene de hace más de 2.000 años atrás”, finaliza Paulo Gómez.

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