Historia del Copal
Al llegar a América, los españoles conocieron el uso nativo del copal, descubriendo que su aroma era casi igual al del incienso utilizado en Europa con el mismo fin.
En estos rituales prehispánicos se ofrendaba la resina de copal blanco tanto físicamente como en forma de humo al ser quemado como incienso.
En los contextos rituales prehispánicos, se ofrendaba la resina de copal blanco tanto de forma física como en forma de humo, al quemarla. Con el humo de copal se honraba a las divinidades y se fortalecía el vínculo del hombre con los dioses.
Los sacerdotes sahumaban las figuras de sus dioses con copal varias veces al día, dirigiendo el humo hacia los cuatro rumbos cardinales y al sol.
Según los relatos de los españoles a su llegada a Mesoamérica, el incienso que conocemos como copal era considerado por los antiguos mexicanos como un dios con poderes mágicos y religiosos que lo convertían en un protector. Lo llamaban iztacteteo, que significa «dioses blancos», por el humo que produce cuando se quema sobre brasas ardientes.
Según estos mismos relatos, la gente usaba el copal con mucha frecuencia, al menos dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche. Se usaba para ofrendar a los dioses, para limpiar los templos, durante los funerales y en las ceremonias para pedir buenas cosechas.
También se usaba copal para las festividades dedicadas a los dioses dadores de la lluvia, para reverenciar a los númenes del maíz y a los dioses principales del panteón nahua: Huitzilopochtli, Tezcatlipoca, Xiuhtecuhtli; se hacían rituales con ofrendas y copal para propiciar la buena cacería, pesca, extracción de madera, resinas y piedra de los montes, el establecimiento de las plantas en la jardinería; para honrar a los guerreros por sus victorias militares, etc.
Y, por supuesto, el copal tenía un papel primordial en cualquier ceremonia o ritual.
En los códices hay dibujos que muestran dioses o sacerdotes ofrendando copal.
El Copal y los Mayas
El uso de copal se dio entre los mayas, como lo testifican las bolas de copal del Cenote Sagrado de Chichén Itzá.
El copal era conocido como pom entre los mayas. Llegó a ser objeto de comercialización, pues se solicitaba de maneraimportante a través de la tributación indígena desde el siglo XVI.
El sacá y el chahalté sirvieron tanto para los sahumerios como para la preparación de bebida rituales, las cuales tenían como ingrediente primordial al cacao.
El tabaco o k’uts frecuentemente era mezclado con copal, combinación que se masticaba o ponía entre el labio y la encia durante un tiempo prolongado con el fin de calmar la sed y aumentar el vigor
Además de fungir como catalizador del humo de copal, el fuego sagrado calentaba las rocas donde se vertían las infusiones que generaban vapores curativos, tal es el caso de los temazcales utilizados comúnmente en Mesoaméricay el área maya.
El Copal y los Aztecas
En la época prehispánica, entre los aztecas, se conocía al árbol como copalquáhuitl: “árbol de copal”, y a la resina extraída de él como copalli: “incienso”. Por su uso religioso era conocido como iztacteteo, “dios blanco”, por el color del humo que despedía.
Bernardino de Sahagún, en su Historia general de las cosas de la Nueva España describe cómo la goma de copal era usada de manera ritual por los habitantes de la capital azteca, quienes la quemaban como ofrenda a sus dioses:
“En la ofrenda del incienso o copal usaban estos mexicanos, y todos los de Nueva España, de una goma blanca que llaman copalli —que también ahora se usa mucho— para incensar a sus dioses. No usaban del incienso, aunque lo hay en esta tierra.
De este incienso o copal usaban los sátrapas en el templo y toda la otra gente en sus casas […].”
Historia general de las cosas de la Nueva España, Libro II.
“Copalquáhuitl” hace referencia al “árbol de copal” en náhuatl, y aunque algunas especies de Bursera producen la resina de copal, cada nombre específico suele asociarse con una especie particular.
Tenochtitlan
Tenochtitlan fue la capital de los Aztecas, quienes se hacían llamar “Mexica”, fundada en el año 1325, para ser posteriormente conquistada y destruída por los españoles en 1521.
Su mayor monumento encontrado, es el llamdo “Templo mayor de Tenochtitlan”, una pirámide coronada por dos templos dedicados a los dioses Tlaloc y a Huitzilopochtli, que tenía unas increíbles dimensiones de 80 metros de lado por 60 metros de altura.
Entre sus restos, se han encontrado artefactos y fragmentos de copal de todo tipo; cilindros, conos, bolas, bases piramidales o redondeadas de cuchillos de sacrificio, barras, fragmentos y figuras antropomorfas de copal, algunas revestidas con estuco, y otras hechas de copal blanco puro; En la superficie de algunos de estos elementos, se han hallado restos de hojas y corteza de Bursera bipinnata.
(Actualmente, reunidos en la Bodega de Bienes Culturales del Museo del tmt).
Los rituales a los dioses se efectuaban en las cimas de las montañas, templos de las ciudades, barrios y altares domésticos.
Se han encontrado ofrendas que tienen copal en forma de pequeñas tortillas, tamales o granos de maíz, indicativo de que el copal era considerado alimento para los dioses.
En estas festividades divinas se hacían ofrendas de alimentos, flores, copal, y también horribles sacrificios humanos, ya que de sus dioses dependía la producción agrícola y la buena fortuna para el éxito en los combates militares.
El copal también era utilizado como pegamento para hacer incrustaciones en las máscaras y unir los mosaicos de piedra, concha y otros materiales. Mezclado con pigmentos, el copal también se usaba para elaborar pinturas que se usaban en la orfebrería y para decorar los murales.