El primer autor en escribir sobre las propiedades medicinales de la leche de burra fue el medico griego Hipócrates, padre de la medicina, que la prescribía para numerosas afecciones. (375 a.C.)
Los romanos hacían con la leche de burra una bebida de lujo, además de productos cosméticos.
Las excelentes propiedades de la leche de burra fueron bien conocidas por Pope, Emperatriz de Roma y esposa de Nerón, quien además de darse baños de leche de burra, inventó una mascarilla empapada en esta leche para el rostro, para cuidar y mantener la tersura de su piel.
La hermana de Napoleón, Paulina, también usaba leche de burra para cuidar y mantener su piel joven.
El jabón de Marsella es apreciado por sus múltiples usos y beneficios. Sus propiedades hipoalergénicas y su suavidad lo hacen ideal para pieles sensibles y para el uso diario.
Tiene propiedades antisépticas y cicatrizantes. Contribuye en mantener el pH de la piel en un nivel adecuado.