¿Qué es el Rapé?
El Rapé es una medicina sagrada usada desde hace miles de años por diferentes tribus que pueblan el Amazonas, y una gran herramienta para calmar la mente y conectar con la esencia del universo.
El rapé está compuesto principalmente de Mapacho finamente molido y tamizado, cenizas de fuego ceremonial, y otras plantas sagradas que determinan su sutil alquimia. El resultado es un finísimo polvo especiado, en el cual se pueden percibir los cristales de las plantas.
Si bien cada receta de rapé se prepara con diferentes plantas, el abuelo mapacho, siempre está presente salvo en contadas excepciones, ya que ayuda a ordenar, integrar y equilibrar a las otras medicinas y direccionarlas con un propósito específico.
Nicotiana (El conocido t*baco, Nicotiana tabacum) o Mapacho (Nicotiana Rústica), es una planta maestra que se encuentra en todos los continentes y está vinculada al hombre desde tiempos ancestrales. Sobre todo, el mapachito es una puerta de conexión por excelencia con el espíritu y el universo.
Por todo ello, el tabaquito es considerada la más importante de las plantas maestras, la que actúa como directora de la orquesta sinfónica.
Tipos de Rapé
Las variedades de Rapé con mayor proporción de cenizas son más claras y grisáceas; Son consideradas variedades “De aire”, su efecto es más estimulante, y están indicadas para situaciones en las que deseamos elevarnos y flotar, conectarnos con lo sutil y lo divino. Son variedades por lo general más recomendadas para principiantes.
Las variedades de Rapé con mayor proporción de mapacho, son más oscuras y amarronadas; Son variedades “De tierra”, su efecto es más sedante, y están indicadas para conectar con la profundidad, las raíces, los ancestros. Son variedades indicadas para usuarios más avanzados.
Entre estos dos extremos, hay un amplio abanico de variedades, cada una con su espíritu y sutilezas propias, que determinarán si el Rapé tiene poderes curativos, de concentración, guerrero u otras conexiones.
Algunos de los rapés llevan el nombre de las tribus que lo utilizan, como es el caso de las tribus Yawanawa, Nukini, Manchinery, y Katukina.
Uso adecuado
El Rapé es una medicina ancestral, y su consumo adecuado nos brinda sanación, fuerza, y conexión con el universo y con nosotros mismos. Para que sea una herramienta de sanación y no una práctica autodestructiva, debemos darle un uso ancestral, con una intención pura y gran respeto, y entender que la toma de rapé es un camino de aprendizaje.
En occidente, se tiende a una desconexión de su propósito medicinal y sagrado, dándole un uso social y superficial en contextos inapropiados. Bien utilizado, el rapé es un maravilloso aliado y compañero de viaje. Al comprar rapé, asegurémonos de devolverle su lugar como medicina ancestral de sanación para cuerpo y mente.
¿Con qué frecuencia es adecuado tomar rapé?
Al comprar rapé, estas adquiriendo una poderosa herramienta con la que afinar una de nuestras más valiosas armas: La mente. La dosis y la frecuencia dependen de la real y consciente necesidad espiritual del individuo, como sucede con toda medicina; de la relación de cada uno con ella y del momento de su evolución.
En el caso del Rapé, el uso correcto se mide antes por la calidad de la toma que por la cantidad; respetando su carácter sagrado y poniendo siempre un rezo luminoso y una intención pura.
Se sabe que los excesos y extremos no suelen ser buena medicina. Es habitual, que al inicio de la relación con el Rapé, se tenga un hambre desmesurada por hacer muchas tomas diarias, y por explorar y sentir sus efectos físicos.
Esto no es preocupante, siempre que se haga un correcto uso ritual, ya que con el tiempo la relación se equilibra, y el estudioso comienza a apreciar sus efectos energéticos y espirituales por encima de las sensaciones físicas, y de forma natural, se comienza a usar cuando el espíritu lo requiere.
Historia del Rapé en Europa
El monje Ramón Pane, que acompañó a Colón en su segundo viaje a las Américas, en 1493, observó que los indígenas de la región que ahora corresponde con Haití, absorbían Nicotiana por medio de una caña, y la misma costumbre observaron los portugueses en los indígenas de Brasil.
Por orden de Felipe II, el médico y botánico Francisco Hernández de Boncalo, fué quien introdujo las primeras semillas de t*baco a Europa en 1577, y fueron sembradas en los alrededores de Toledo.
En 1561, el embajador francés en Lisboa, Jean Nicot, envió rapé a Catalina de Médici, esposa del rey Enrique II de Francia, como tratamiento medicinal para las migrañas padecidas por su hijo. Ella quedó enamorada del rapé, y se popularizó como remedio tanto medicinal como recreativo entre la élite.
Pronto comenzó a ser consumido en Europa entre los grupos más pudientes, pues el tabaco, en todos sus formatos, se trataba entonces de un bien de lujo.
Fue durante el siglo XVIII cuando el rapé se convirtió en una moda completamente extendida entre la aristocracia europea. El t*baco de fumar quedó destinado a las masas, y el consumo de rapé se convirtió en el mayor ritual costumbrista y social de Europa entre las sociedades burguesas y aristocráticas.
A principios del siglo XX, en Inglaterra, sólo se fumaba en los bares de clase baja, porque los aristócratas podían comprar rapé, y sólo consumían rapé.
Así, el rapé se convirtió poco a poco en un inseparable aliado de la nobleza. Luis XIII, Carlos II de Inglaterra, Federico el Grande, Guillermo III y su mujer, Napoleón, Jorge III y su mujer, Benedicto XIII, y tantos otros aristócratas, eran consumidores habituales de rapé.